martes, marzo 02, 2010

PERO A SU MADRE...

Nada tiene que ver la imagen.

Pero adorna.

Y trae a la memoria un texto, bellísimo, de un libro escrito con grito desgarrador, con lenguaje de epopeya. Está datado en octubre de 1936. No te digo más. Transcribo.

"El golpe iba bien asestado. Dos de la madrugada del tres de agosto. Un poderoso aeroplano vuela sobre Zaragoza dormida; viene disfrazado deshonrando la bandera española. Naturalmente no se le hostiliza, y puede medir el tiro a placer. Una, dos, tres poderosas bombas de cincuenta kilos...

(...).

La Virgen, sin embargo, extendió su mano y las bombas, sin explotar inexplicablemente, apenas causaron desperfectos, y sí sólo una oleada inmensa de cariño a la Reina y Madre común, que recorrió Aragón y España toda.

Un requeté me lo explicaba:

-Es como en la Pasión, Padre: Cristo quiere sufrir y permite ser fusilado en el Cerro, pero a su Madre... ni un insulto.

Le estreché la mano conmovido. ¡Bendita la fe de las madres aragonesas...!

Las bombas no estallaron porque así lo dispuso la "Generala" de la tropa aragonesa".

2 comentarios:

Alberto Portoles dijo...

"A su Madre... ni un insulto". Es bonito este modo de ver las cosas. Todos haríamos lo mismo. Pero en la Pasión Ella si sufrió.. y lo hizo por estos hijos suyos, y El no se lo impidió. Y dice un Padre, la Virgen ve en nosotros a su mismo Hijo, ya que todos somos hijos en el Hijo.
Buen arranque del blog en este mes. Gracias

Manuel de Santiago dijo...

Alberto, es cierto lo que dices.
A mi me gustó la nueva perspectiva. Y me ayudó.
Un fuerte abrazo.